Juego tap tap corcho
korko
22,00€
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Nuestro juguete se fabrica a partir del corcho de un bosque de alcornoques portugués. Este bosque bajo el sol portugués absorbe cada año hasta 4,6 toneladas de CO2. Al contrario de lo que ocurre con la madera, los árboles no se talan. Para la obtención de nuestro corcho, solo se pela la corteza del árbol, y, al cabo de 9 años aproximadamente, se puede volver a extraer la corteza en un proceso artesanal y cuidadoso. El corcho es, pues, una materia prima vegetal que se renueva rápidamente. La extracción regular de la corteza contribuye a absorber más CO2 de la atmósfera. Esto hace que nuestro juguete sea climáticamente neutro y made in Europe, ¡por amor al medio ambiente y a todas las futuras generaciones!
¿Cómo se fabrican nuestros bloques de corcho?
En el primer paso, la corteza pelada se granula junto con los restos de la producción de tapones de corcho. Luego, el granulado se prensa en un procedimiento único hasta obtener la forma adecuada y finalmente se le da un acabado final para que pueda ser coloreado y sea también fácil de mantener. Con los colores vivos de base acuosa, el juguete de corcho se transforma finalmente también en el centro de todas las miradas y embellece cualquier habitación infantil.
¿Qué nos hace especiales?
Nuestros juguetes de corcho están elaborados con corcho de origen sostenible, un material extraordinario y ecológico que ofrece una experiencia de juego única. El corcho es conocido por sus cualidades naturales, lo que lo convierte en una opción ideal para los juguetes de los niños. Ecológico: El corcho es la corteza de los alcornoques. Se puede cosechar de ellos, lo que permite que los árboles se regeneren y contribuyan a un medio ambiente más saludable.
Seguro y no tóxico: el corcho es naturalmente hipoalergénico, lo que lo convierte en una opción segura para los niños. Nuestros juguetes de corcho no contienen productos químicos nocivos. Durable: El corcho es resistente y duradero, lo que garantiza que nuestros juguetes resistan la prueba del tiempo y del juego.
Táctil y sensorial: la textura natural del corcho atrae los sentidos de los niños, ofreciéndoles una experiencia táctil que mejora la exploración sensorial.Juego imaginativo: la versatilidad del korko permite el juego creativo, promoviendo la narración imaginativa y el desarrollo de habilidades motoras finas.